En 1943, a 55 años del fallecimiento de Domingo
Faustino Sarmiento, la Conferencia Interamericana de
Educación
(integrada por educadores de toda América) se reunió
en Panamá y estableció el 11 de septiembre como
Día del Maestro:
Ninguna fecha es más oportuna para celebrar el día
del maestro que el 11 de septiembre, día en que pasó
a la inmortalidad Sarmiento.
Por tanto se declara día del maestro en todo el
continente americano el 11 de septiembre.
Ø
Este ilustre argentino llegó a ser, desde su
multifacética obra, un gran luchador y una de las
figuras importantes de la historia latinoamericana:
fue maestro, subteniente de milicias, escritor,
periodista, senador, ministro, director general de
escuelas, sociólogo, diplomático, gobernador, hasta
convertirse en presidente de la Argentina.
Ø
Para ser un
maestro
sólo basta con tener la capacidad de enseñar. Pero
no necesariamente el rótulo es aplicable sólo a
aquellos adultos que, uniformados con guardapolvo
blanco, intentan educar y enseñar en un ámbito
académico: todos, en cierta medida, tenemos la
posibilidad de convertirnos en
maestros
de algún aspecto o ámbito de la vida.
Ø
Se puede ser
maestro
de escuela,
maestro
en el ámbito artístico o deportivo,
maestro
espiritual y, por qué no,
maestro
de la vida. Lo importante es convertirse en un
modelo a seguir, cualquiera sea la disciplina
desarrollada.
AY, MAESTRO:
HOMENAJE DE MERCEDES SOSA Y LOS
NOCHEROS
Debo cruzar la calle que me provoca tu misterio
para abordar la nave que me traslade a tu tiempo
quiero llegar al centro de tu mensaje divino
debo cruzar la calle que se produzca el encuentro.
Lléname con tu brillo, no basta el sol que hay en mi
tierra
de cada gota de agua del manantial que tú encierras
no quiero ser veleta que sólo mueven los vientos
si puedo ser el aire que va del mar a la sierras.
Ay, maestro. Voy tan lento
si ardiera en mí el fuego de tus palabras
como centellas que no la apagan nada
no existirían muros de lamentos
si vale más el ser, que el sentimiento.
Por demorar la cita, no me he perdido de conocerte
deposité en la tierra, mis sueños tontos, sueños de
siempre
un polizonte negro viajando en nubes tan blancas
no me hacen ser distinto sino de Dios indiferente.
Que buscarán las aves si no imagino lo que es su
vuelo
yo pisaré las uvas y daré vino a mi pueblo
si más allá del ángel que Tú pusiste a mi espalda
nada sería mi alma sin tu incansable desvelo.
Gracias por todo lo que haces
en beneficio de nuestra
juventud